No hace mucho, me regalaron un libro acerca de el mensaje que el jefe indio Seattle dirigió al presidente de los Estados Unidos en 1855, cuando los “blancos” quisieron comprar sus tierras y que sintoniza singularmente con las preocupaciones ecologistas del mundo de hoy. Creo que es uno de los pocos libros que la verdad, me dejaron sin palabras...
El gran jefe indio, hace una reflexión espectacular acerca de todo lo que significa el bosque para su familia, dando a entender que la tierra en la que pisamos no es de nadie y es de todos (no se compra ni se vende, solo si sabes trabajarla, respetarla y cuidarla será tuya y ella de ti). Solo ellos, en este caso el pueblo indio Duwamish sabe trabajar esa tierra en la cual los ríos y arroyos eran sus hermanos y el camino de sus hijos, dónde cada árbol era parte de su vida.
Por desgracia el ser blanco siempre ha sido destructivo en el paso de el tiempo, sin contemplaciones llega a un sitio y lo arrasa sin preocuparse ni siquiera de volver a plantar una simple semilla para volver a disfrutar de esa tierra, no se preocupa, no le importa, para el todas las tierras son iguales solo piensan en llegar conseguir todos los recursos necesarios y abandonar, lamentablemente es así de cruel y a día de hoy todavía sigue pasando.
“La Tierra no es su hermana, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado cabalga de nuevo”
“Lo que les suceda a los animales, luego, también les sucederá a los hombres”
A continuación cito textualmente lo que expresa realmente el Gran jefe indio Seattle cuando se le pregunta por la compra de la Tierra.
¿Qué es lo que quiere el hombre blanco?
¿Cómo se puede comprar el Cielo, o el calor de la Tierra, o la velocidad del antílope?
¿Cómo vamos a venderos esas cosas y cómo vais a poder comprarlas?
¿Es que, acaso, podréis hacer con la Tierra lo que queráis, sólo porque un Piel Roja firme un pedazo de papel y se lo dé al hombre blanco?
Si nosotros no poseemos el frescor de el aire, ni el brillo de el agua, ¿cómo vais a poder comprárnoslo?
Hay que entender y enseñar que la Tierra no pertenece a los hombres, son los hombres los que pertenecen a la Tierra. Como bien dice hay que amar la Tierra como aquel recién nacido ama el latido del corazón de su madre.
5 Comentarios:
Una cultura ejemplar, alimentada por valores vitales que hoy no percibimos, nos queda mucho por aprender.
Crees que algún día nos daremos cuenta de todo lo que nos rodea? O será demasiado tarde...
Para mas información el Editor de este libro en concreto es José J. de Olañeta, aunque el mensaje ha sido publicado en varias noticias que podeis encontrar por internet.
Hola Anael, la verdad es que este post me ha trasladado por lo menos 15 años atrás.Recuerdo la pimera vez que escuché la carta del Jefe Seatle,fué en un programa de radio de cadena cien, que dirigía Antonio Abellán y vreo que todavía lo tengo grabado en un antiguo cassette (lo buscaré)pues mi mujer grabó varios relatos de los que dieron por aquel entonces en ese programa.El haber leido este post me ha despertado el gusanillo de volver a escribir sobre el tema.En cuanto pueda pondré la carta completa en texto y en audio en mi blog a tu disposición si lo quieres.
Está claro que esta carta se debería leer en todos los colegios como un ejemplo para que los niños de todo el mundo aprendan a amar su entorno de vida, como lo hacía el Jefe Seatle y las tribus que poblaban esas tierras antes de que llegasen los destructores.
Un saludo Anael.
Hola Juanma!! Encantado de tenerte por aquí de nuevo, le comenté a Cristina que llevaba unos meses sin internet en casa y en la oficina por cuestiones de trabajo y tiempo me resultaba difícil ponerme a escribir, pero nunca dejé de leerte jaja. Me alegra saber que te haya gustado esta entrada nueva (semi-nueva en este caso), navegando por tu blog quiero gracias por citarme en tu entrada, la verdad te ha quedado mucho más estructurado que a mí, todavía tengo que hacer un par de cursos sobre esto..jejeje.
Nada más leer esta entrada me recordó viejos tiempos y me diste pié a volver a escribir, que ya me cuesta...ya....
Bueno espero que hayas solucionado los problemas con internet y que te vaya bien en el trabajo.
Nos vemos por aquí, hasta otra.
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